Aivan se quedó pasmado frente a mí,
estaba totalmente petrificado, no sé si podía respirar o no, pues su abdomen ya
no subía y bajaba como debe hacerlo normalmente.
—Aivan—lo
llamé pero no hubo respuesta. —Aivan—volví a intentar pero no dijo nada.
Caminó
ignorándome hacia su habitación mientras yo iba pisándole los talones tratando
de alcanzarlo.
—Puedes
irte a Newry, de hecho debes irte a Newry tu familia no es bienvenida en
Lisburn—cerró de un portazo y me dejó parada frente a su puerta.
¿De
verdad había dicho eso? Estaba molesto, muy molesto, pero él ya había tomado su
decisión.
Salí
sin detenerme hacia Newry, si él de verdad quería eso que de por seguro que lo tendría.
—Cálmate
Jinohra, no llores, no llores—me decía en cada paso que daba.
Torpe
Aivan, esto era por nuestro bien y me corre, y tontos sentimientos, ¡no sé por
qué demonios estoy llorando!
Corrí
como pude hacia la casa de Cassidy, probablemente ella me apoyaría con todo
esto, estar comprometida con mi mejor amigo era una maravilla, y mejor aun el
saber que eso impediría que me casara con Aivan, de todas formas tampoco me iba
a casar con Huge. Llegué y toqué su puerta, necesitaba desahogarme con alguien,
y Cassy parecía ese “alguien” correcto.
—Jinohra—musitó
con sorpresa en cuanto me vio parada fuera de su casa.
—Cassy,
hola ¿me permites pasar? —retrocedió un paso y cerró la puerta mientras yo
avanzaba hacia el interior.
—
¿Qué ha pasado Jin?, estás pálida—espetó Cassy mientras nos sentábamos en su
diván.
—Aivan
está molesto conmigo, me echó de su casa—murmuré con la voz partida.
—
¿Qué le hiciste?
—
¿Por qué dices que yo le he hecho algo?
—No
lo sé, simple intuición—se encogió de hombros.
—Pero
no he hecho nada, sólo salvo nuestras vidas.
—
¿Estás segura de que él quiere “salvar” su vida? —interroga con ironía, algo
sabe y yo no, aquí hay algo que no me quiere decir.
—
¿A qué te refieres?
—Ignóralo
¿sí? —Sacude su mano frente a mí para que me calle antes de iniciar mis
protestas—sólo digo que hay una pequeñísima posibilidad de que él no quiera
ponerle fin a esto Jinohra, estás siendo muy egoísta.
—Pero
si fuiste tú quien me dijo que hiciera lo posible por obtener mi libertad—protesté.
—Lo
dije porque no sabía con quién te comprometerías, a él lo conozco y lo conozco
lo suficiente para decir que me retracto Jin, no puedes hacer esto de una forma
tan egoísta, deja de pensar por una vez en ti, no eres la única afectada con su
matrimonio ¿sabes qué sucederá si no accedes?
—No
importa con quien sea ¡quiero mi libertad Cass!
—
¿Ves?, ¡me acabas de llamar como él me llama! —argumentó.
—Eso
no…—me quedé en un silencio total, era verdad, yo no le decía Cass—no puede ser
posible.
—
¿Estás segura de romper el compromiso?, aún tienes una semana para pensar las
cosas Jiny—me dio unas palmaditas en la espalda y no pude reprimir un gemido—
¿qué sucedió exactamente?
—Esto—
levanté la mano para dejar ver el anillo que tenía en el anular de la mano derecha,
pues sabía lo que significaba al estar en la mano izquierda y lo que menos
podía representar este anillo era eso;
Cassidy se quedó boquiabierta mientras lo observaba a detalle.
—
¿Es de Aivan?
—No…—comencé
a frotar inconscientemente mis dedos—…es de Huge.
Cassy
puso una cara de horror ante mi confesión, pensé que ella estaría de acuerdo
con esto, pensé que ella me apoyaría.
—Pobre—fue
lo único que logró articular.
—
¿De quién?
—
¡No es momento Jinohra, vete por favor, necesito ir a ver a alguien urgentemente!
—espetó molesta mientras me empujaba para poder salir de su casa.
—
¿Qué diablos te sucede?
—Creí
que era obvio, ¿cómo no pudiste darte cuenta?, ¡No todo el mundo gira a tu
alrededor! —vociferó realmente iracunda—no la quiero ver hasta dentro de una
semana majestad—reverenció—por favor retírese.
—
¿Cassidy? —interrogué al notar su cambio de actitud, ¡¿majestad?! Me había
llamado por mi título.
—
Duquesa, por favor—corrigió— ahora princesa, retírese de mi casa, la veré la
próxima semana—sentenció y me sacó de un empujón.
Salí
cabizbaja de su casa. ¿Qué había sido todo eso?, no sé por qué creí que Cassidy
me ayudaría con esto, que ella realmente
me apoyaría en estas decisiones—no sólo se trata de ti Jinohra—resonaron en mi
cabeza su palabras, algo debe querer decir con esto, pero siempre me he puesto
antes que el resto de las personas— ¿Segura que quieres anular el compromiso? —recordé
las palabras de Cassidy, sí, estaba muy segura.
Caminé
hacia Newry, realmente esperaba caminar hacia allá, pues tardaría dos días en
llegar a pie, no estaba nada cerca y menos desde aquí, desde los límites de
Lisburn y Campterlyn.
Seguí
andando hasta que me topé con el transporte de la familia real de Lisburn y
éste se detuvo.
—
¿Princesa Jinohra? —Preguntó la madre de mi ex prometido— ¿Y Aivan?
—En
su casa—respondí con una media sonrisa.
—Vamos
a Newry, ¿Nos acompañas?, estoy segura de que Aivan estará de acuerdo—esbozó
una sonrisa maternal y yo me introduje en el auto.
Nadie
dijo nada en el camino, ni siquiera la pequeña hermanita parlanchina de Aivan,
ella seguramente sería una princesa muy atrevida, nunca se calla nada, nunca se
apena ante nadie, siempre hace y dice lo que quiere, Lisburn estará prosperando
bajo las órdenes de esta pequeña princesita.
—
¿Qué tienes Jinohra?, ¿por qué lloras? —preguntó la reina frente a mí.
¿Llorar?,
pasé el dorso de mi mano por mis mejillas y sentí el camino húmedo que las
lágrimas habían marcado, apenada me agaché y limpié el resto con la tela de mi
playera.
—No…es
nada—suspiré.
—
¿Están las cosas bien con Aivan? — esta mujer se da cuenta de todo, es mejor
madre de lo que creí.
—Sí—sonreí
lo mejor que mis labios me permitieron, lo cual no fue mucho, pero bastó para
convencerla.
Al
llegar me bajé y caminé de prisa hacia el interior.
—Princesa—reverenció
al verme mi padre.
—Majestad—imité
su movimiento y subí hacia mi habitación.
Me
trepé a mi cama y dejé el anillo a un lado de la lámpara, esa era mi única
salvación, ese era mi pase a la libertad—serás libre si respetas nuestra imagen—resonaron
las palabras de Aivan, él me lo había dicho. Podía ser libre a su lado— ¿Y si
él no quiere romper el compromiso? —esta vez fue la voz de Cassidy.
Seguramente
no podría dormir por hoy, seguramente no podría dormir en muchos días.
A
la mañana siguiente me miré al espejo y tenía unas asombrosas marcas moradas
bajo mis ojos, y unas enormes bolsas bajo éstos que delataban mi insomnio. Me
puse un poco de maquillaje para disimular los signos de mi evidente desvelo y
me preparé para bajar y darle la noticia de mi compromiso con el príncipe Huge.
Al
llegar al pie de la escalera vi a Aivan hablando con mis padres, esto no podría
ir peor, seguramente él ya les ha contado sobre lo del compromiso,
probablemente si pensaban que él había tomado la decisión de dejarme me
dejarían libre de interrogatorios.
—Princesa—reverenció
educadamente Aivan mientras me acercaba a ellos.
—Aivan…
—Príncipe
de Lisburn… princesa, ten más respeto—interrumpió mi padre ¿a qué iba todo
esto?
—Perdonen
por interrumpir su plática, pero debo hablar con el príncipe.
—No
se preocupe princesa, él ha venido a aclarar ciertas cosas que tendré que
hablar con usted, por favor retírese—me indicó con la mano que regresara por
las escaleras, pero por supuesto, no le di el gusto.
—Pero
majestad, tengo asuntos de suma importancia que debo tratar con el
príncipe—argumenté para poder quedarme ahí por más tiempo.
—Princesa,
en un momento podré hablar con usted, por favor esto es un asunto muy
importante que estoy tratando con su majestad, así que permítanos un
momento—indicó Aivan tomando la defensiva, siempre actuaba así, era algo que
odiaba pero que a la vez lo hacía peculiar.
Salí
hacia la cocina para encontrarme con la reina de Lisburn y mi madre charlando
animadamente, algo había pasado entre nuestras familias, es no es normal.
Busqué
a la hermana de Aivan para distraerme un rato pero no estaba, seguramente no
había viajado al palacio o se encontraba descansando en alguna habitación del
palacio, pues la había visto dentro del auto.
¿Y
ahora qué haré?, no tengo distracción, mi amiga no me habla, Aivan está ocupado
y por lo que vi no creo que quiera hablar conmigo por el momento, la reina
estaba ocupada con mi madre y no tenía ganas de estar con Huge, al menos ahora
no.
Fui
a dar una vuelta por los alrededores para ver mejor mi reino, aquella
experiencia en el bosque no la quería volver a pasar, y todo por no conocer mis
reino, así que ¿por qué no? Comencé a caminar por los pasillos del palacio para
dirigirme a la salida.
Al
salir del palacio vi varias tiendas, de dulces, de juguetes, de diferentes
cosas, llegué a una heladería y justo ahí, como si el demonio hubiese sido
invocado, estaba Huge.
—Jiny—musitó
mientras golpeaba el banco que tenía a un lado para que yo me sentara.
—Gracias—susurré
y puse mi brazo apoyado sobre la barra.
—No
traes puesto el anillo, así nadie nos creerá.
—No
es necesario, de todas formas Aivan ya fue a hablar con mis padres—me encogí de
hombros.
—Ya
veo, tu novio es un indiscreto en ese sentido, pero vamos el sí que sabe golpear—
bromeó, aunque a mí no me cayó en gracia.
—No
lo creo, estarías peor.
—Bueno—se
limitó a decir ante mi falta de ánimo— ¿te pido algo?
—No
gracias, de hecho pasaba por aquí y de casualidad te vi aunque sólo quiero
estar sola.
—Hey,
debemos hacer esto creíble, espérame un momento en lo que pago y enseguida te
acompaño.
Tuve
que esperar, pues no sería fácil deshacerme de él y lo peor era que no quería
su compañía, ¡quería la de Aivan!, necesitaba sentir la protección de Aivan.
Caminamos
sin decir nada, pero esta vez no me atreví a tomarlo de la mano como cuando
éramos amigos. La situación era diferente, el contexto completo era diferente y
yo ya no podía seguir siendo la misma con él.
—El
anillo se veía bien—comentó.
—Se
veía mejor el reloj—sonreí al recordarlo, el reloj y a la forma en la que
trataba de abrirlo.
—
¿Qué es tan gracioso?
—No
lo comprenderías—me limité a contestar.
Seguimos
andando mientras las personas nos observaban, hasta cierto momento me resultó
lindo convivir con todas estas personas, pero pasadas algunas horas era
irritante, todos nos miraban con frialdad, con un rechazo en esos ojos.
Llegamos
de regreso al palacio y la familia real de Lisburn aun no se había marchado.
—Hasta
luego—despedí descortésmente a Huge.
—Adiós—se
rascó la nuca y se quedó mirándome.
—
¿Se te ofrece algo?
—No,
no quiero nada.
Me
di la media vuelta y él tiró de mi brazo para abrazarme por la cintura y
plantarme un beso en los labios, el cual no respondí, me quedé rígida ante él,
de cierta forma los únicos besos que había recibido eran los de Aivan y lo
había hecho con gusto pues él había sido el dueño de mi primer beso en aquella
fiesta. Inconscientemente comencé a llorar y sentí una fuerte ráfaga de viento
pasar frente a mí.
—Te
advertí que la dejaras—espetó Aivan mientras Huge se arrodillaba con el rostro
entre sus manos.
Esta
vez no intenté detenerlo, porque de cierta forma se lo merecía, se supone que
sólo era una simple actuación, no debía hacer eso ¡lo acordamos!
—Ella
me besó—me apuntó con su dedo acusatoriamente.
—
¡Claro que no! —grité tratando de negar las acusaciones de Huge.
—No
debes explicar nada princesa—murmuró Aivan.
—
¿Princesa? ¿Qué pasó con Jinohra, con Jin?
—Se
quedó con el anillo—masculló entre dientes y se dio la media vuelta para
retornar al castillo.
Comencé
a llorar tumbada en mi jardín, no podía terminar así, simplemente no debía ser
así.
—Jiny—susurró
Huge mientras acercaba su mano a mi rostro.
—Aléjate
de mí, no quiero nada de ti, ¡no te necesito! —vociferé mientras secaba mis
lágrimas con mi vestido de una forma poco femenina—solo lárgate—espeté furiosa
mientras lo alejaba empujándolo.
Me
metí corriendo al castillo ignorando las palabras “alentadoras” que provenían
de Huge y me lancé hacia Aivan.
—
¿Qué está haciendo princesa?
—Ya
basta por favor—susurré—no me trates así—comencé a sollozar—es horrible—solté
todo mi llanto mientras me acercaba a sus protectores brazos.
—Eres
una terca Jin—murmuró mientras plantaba un beso en mi coronilla—eres mí terca.
Sonreí
contra su pecho mientras dejaba que me abrazara, esta era la única persona que
podía calmarme y agitarme incontrolablemente al mismo tiempo.
—Ya
pasó—susurró como si yo fuera una niña pequeña.
—Lo
sé—logré articular antes de que mi voz se volviera a partir—lo sé.
Escuché
unos pasos acercarse y al levantar un poco mi rostro separándolo del pecho de
Aivan para ver sobre su hombro, noté a
mi padre observándonos con ira.
—Aivan,
¿qué es esto? —Espetó molesto—creí que ya habíamos hablado al respecto.
—Lo
siento, me retracto, se cancela todo.
—
¿Qué sucede? —pregunté en un susurro a Aivan.
—No
es nada cariño— besó mi frente.
—Suelta
a mi hija, creí que ya habíamos hablado al respecto, ya anuncié todo esto a la
prensa, mañana darán la noticia.
—Pues
más vale que me apresure—respondió sonriendo.
—Huge
ya estaba en camino—respondió mi padre.
—
¿Qué es todo esto? —indagué mientras me separaba un poco de Aivan.
—El
príncipe me dijo que ustedes anulaban la relación que te comprometerías con el príncipe Huge,
él era el segundo en la línea.
—No
padre—en ese momento entendí el por qué de la insistencia de Cassy sobre la
anulación—no quiero anular nada, y déjanos avisar a los medios, no quiero que
den una noticia errónea—sonreí hacia mi prometido, nuevamente juntos y lo
mejor, todo esto a nuestra voluntad.
Sin
insistir más salimos tomados de la mano hacia su auto para poder ir a reunir a
los medios de ambos reinos, por fin sería oficial esto, y por fin sería lo que
nosotros queríamos.
Introdujo
la llave y siguió el procedimiento que ya me había explicado.
—
¿Quieres conducir?
—No,
los autos no son lo mío y por ahora llevamos prisa, tal vez…—mis labios
sintieron una fina piel sobre ellos, unos cálidos labios que se acoplaban
perfectamente a los míos—Aivan…calma…llevamos…prisa—susurré entre cada beso—debemos
apresurarnos—formulé tratando de recuperar la compostura.
—Seguro—hizo
un puchero infantil y se dispuso a arrancar el vehículo, alejándonos así de mi
hogar, de un lugar que me tenía presa y del cual jamás me sentí perteneciente.
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