Jinohra se veía bastante cansada y los dos teníamos hambre, no habíamos desayunado nada y se supone que sólo íbamos a reparar el maldito tacón.
Sé
que necesitaba mantenerla centrada en salir así que tratar de conversar con
ella, tal vez eso la haría distraerse.
Pero
no contaba con que la conversación se tornara tan seria, bueno, al menos al
decir “no sé lo que siento” lo torna serio ¿no?
—
¿Así está bien? —preguntó Jinohra regresándome a la realidad.
Había
tendido una cama de hojas no tan secas, creo que algo está haciendo bien se
está colando en mi mente poco a poco y es desesperante.
—
¡Aivan! —Gritó para llamar mi atención— ¿de qué te ríes?
Maldición,
creo que tenía una estúpida sonrisa en el rostro, —ya no debo permitirlo—me
regañé.
—Nada,
ahora solo duerme, mañana seguro que salimos.
Y
en verdad lo esperaba, no quería pasar más tiempo en el bosque pues estoy
seguro que estar más cerca de Jinohra me haría ver otras cosas que no había
visto en ella.
—Levántate—
ordené al recordar algo.
—
¿Qué sucede?, ¿tengo un insecto en la cabeza? —golpeó con la palma de su mano
repetidas veces sobre su cabeza mientras yo reía.
—Clama,
no tienes nada—musité tomando su mano para que dejara de golpearse—sólo nos
moveremos a algún otro lugar cerca de aquí, sé que hay una pequeña cueva que
alguna vez ocupé para esconderme con Cass.
—
¿De dónde conoces a Cassidy? —preguntó mientras caminábamos rumbo a la cueva.
—No
recuerdo bien, pero creo que sus padres, como eran duques, tenían trato con mi
familia y pues como tenía mi edad me acostumbré a verla en el palacio—confesé
encogiéndome de hombros.
—
¿Y a Huge?
—Eres
muy curiosa Jin y yo no hablaré más por el momento, guarda tus dudas para otro instante
en el que estemos más cómodos, no me sacarás esta fácil—sonreí girando a verla.
La
historia en verdad era muy extraña y mejor que no lo supiera, no quería que
eligiera entre él o yo, sé que eso provocaría mi relato.
Nos
sentamos lentamente en el suelo de la cueva y
abracé mis rodillas contra mi pecho, imitando así la posición de
Jinohra.
—No
tengo sueño—susurró la chica que tenía de frente.
—Yo
tampoco, pero has un intento de dormir.
—No
puedo, nunca duermo si no tengo sueño y además estoy muy nerviosa como para
poder conciliarlo—se encogió de hombros como si eso fuera lo más normal del
mundo.
—Pero
necesitas dormir.
—
¿Y tú qué dices?, tampoco has dormido y a juzgar por tu cara sé que no tienes
ganas de dormir y estás temblando de frio— me extendió el saco para que me lo
pusiera, pero lo rechacé.
Probablemente
si fuera más cruel se lo hubiese quitado, pero no soy de esa clase de personas.
—No
te preocupes, tú descansa, voy por algo para quemar, tengo frío pero no pienso
que sea buena idea que te quites el saco por mi culpa.
Me
puse de pié y salí de nuestro refugio a buscar ramas aunque realmente el motivo
de que me quisiera ir era esa sensación que tenía al estar solo con ella.
Me
fui metiendo cada vez más y más al bosque cogiendo cada rama o pedazo de tronco
que encontraba, hasta que junté muchas regresé y Jinohra seguía sin descansar,
ahí, sólo esperando.
—Ya
calma, se que pronto saldremos, mientras ayúdame a encender algo para la
fogata.
Jinohra
se apresuró a tomar una piedra y a tallarla con una varita.
—
¿Qué haces?
—Enciendo
la fogata—articula, como si fuese lo más obvio del universo.
—
¿Sabes hacerlo? —lo digo sin ocultar mi sorpresa y ella sólo sonríe.
—Por
favor, en mi reino no hay mucha tecnología, ser así tiene sus ventajas—probablemente
sí, pero su modo de vida es aterrador.
—
¿Soportaré vivir así? —el pensamiento escapa entre mis palabras—perdona Jin,
no…no era mi intención—trato torpemente de disculparme.
—
¿A qué te refieres? —alzó una ceja, en verdad estaba dispuesta a darme una
respuesta.
—A
vivir en un lugar como Newry, sin tecnología, sin avances, es…complicado y
retrógrado.
—He
pensado lo mismo que tú en infinidad de ocasiones, y sé que no lo soportarás,
está bien pasar ahí un fin de semana para aislarse, ¿pero toda una vida?, es
simplemente complicado, no podrías vivir así—admitió con un profundo suspiro.
¿Tan
malo era estar así?, en verdad Newry era devastador en ese sentido. Juraría que
si pasas ahí cerca de una semana ya no te acordarías de cómo encender una computadora.
Así de horrible era ese reino.
—Bueno,
gracias por decir tan alentadoras palabras—dije con sarcasmo.
—Pero
quería hablar contigo sobre eso en cuanto nos casáramos—soltó de golpe y tuve
que toser para no ahogarme con mi propia saliva.
Ella
estaba pensando en nuestra boda y yo ya me estaba arrepintiendo de esta locura.
—Pues
creo que será mejor que esperes hasta ese entonces, no quiero apresurar todo ni
complicarme con estas cosas—nos quedamos en un incómodo silencio mientras la
fogata era encendida por mi acompañante.
Probablemente
no salgamos de aquí, creí que ella conocía perfectamente sus reinos.
—
¿Y si no salimos?
—
¿Qué?
—Sí,
¿qué pasará si no logramos salir de aquí?
—Jin,
no te preocupes, saldremos pronto, apuesto que para mañana ya estamos fuera del
bosque.
—Tengo
miedo—las lagrimas de hicieron visibles cuando ella me observó.
La
fogata iluminaba su rostro y hacía resplandecer las lágrimas que descendían por
sus mejillas, se veía tan vulnerable, tal y como Emily, mi pequeña hermana.
—
¿Cómo conociste a Huge? —pensé que eso la distraería.
—
¿Otra vez?
—No,
sólo es simple y genuina curiosidad, no son celos ni nada de esas tonterías.
—Bien,
pues fue igual y como tú conociste a Cassidy, supongo—suspiró sonoramente y
recargó su cara entre las manos, apoyándose sobre los codos— él y yo nos
conocemos desde niños, iba a mi palacio a recibir las clases de Madame
Katherine y desde ese entonces nos conocimos y nos llevamos bien, esa es
nuestra romántica historia—sonrió.
—
¿Eso es todo?, ¿nada de romances prohibidos, huidas con él?
—De
vez en cuando iba a su casa para refugiarme de mis padres, solía quedarme en el
palacio de los Benmore alrededor de semanas, sólo para distraerme de mi puesto
como princesa, pero no, nada de romance, sólo hemos sido buenos amigos, pero
¿tú de donde lo conoces?
Era
hora de decirlo, de todas formas tarde o temprano se iba a terminar enterando.
—En
verdad es una historia un poco tonta e infantil—dejé de hablar para acomodar
mis ideas, los hechos fueron hace tanto que en verdad no lo recuerdo bien.
—Continúa,
no te quedes callado—exigió.
—Pues
en sí fue hace ya mucho tiempo…
—Ni
que estuvieras viejo—interrumpió soltando una risa tímida.
—Bien,
no lo estoy aunque soy sólo un año mayor que tú, pero ¿me dejarás continuar? —ella
sólo asintió en un movimiento y pude continuar con la historia—bien, pues lo
conocí…uf, es bochornoso ¿sabes? —Ella sólo pudo reír, de verdad quería
escuchar la respuesta—fue en una fiesta infantil, no te rías—advertí, pero
haciendo caso omiso soltó una sonora carcajada que terminó por
contagiarme—bien, sé que es tonto, pero te lo advertí. En fin, lo conocí en la
fiesta y en ese entonces yo estaba comprometido con… ¿conoces a los Dertyn?
—Conozco
lo suficiente a la maldita Fatima—contestó frunciendo el ceño.
Probablemente
lo que iba a escuchar de mí no le gustaría para nada.
—Pues
la “maldita Fatima” fue mi prometida en ese entonces.
—
¿Comprometido con Fatima?, no puede ser, ¿por qué?
—
¡Tenía sólo siete años, no podía hacer algo al respecto! —excusé—pero eso ya
quedó atrás, le pedí a Huge que me ayudara a quitármela de encima.
—
¿Eran amigos?
—Lo
sé, es difícil de entender.
—
¿Y logró quitarla?
—Por
supuesto, el era todo un conquistador—bromeé—pero si lo logró, y desde ese día
tuvo la mala costumbre de tomar a las chicas con las podía llegar a algo serio,
es por eso que estoy consciente de que intentará algo contigo.
—No
te preocupes, tendré cuidado con él, además creo que le he dejado claro que no
quiero nada con él.
—Bien,
no lo quiero ver nuevamente con mi prometida—diablos, esto se está saliendo de
control.
—
¿Disculpa?
—Olvídalo
y duerme.
Pronto
terminaría enamorándome de Jinohra, esto es un maldito truco, no me puede estar
pasando esto ahora.
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