Por fin sabía qué hacer para salir, inventé que el baño de mi habitación no funcionaba, aunque no era tanto así un “invento”, puesto que tuve que taparlo con demasiado papel para que me permitieran salir e ir a un cuarto de baño de la planta de abajo. Bajé aún custodiada por el séquito de guardias que me asignó Huge y cuando ellos giraron al escuchar un ruido proveniente de la sala donde estaban Cassy y Huge aproveché para esconderme detrás de un pilar.
Me
quedé mucho tiempo, aunque creo que sólo fueron unos minutos pero para mí
parecieron una eternidad. Unos pasos se acercaban y pude verlo, era Aivan quien
se estaba aproximando, sin dudarlo le cubrí la boca y lo llevé hacia la
obscuridad conmigo para que no lo vieran.
—No
te asustes Aivan—susurré en su oído para que nadie más nos escuchara—te voy a
quitar la mano pero no hagas ruido—asintió moviendo la cabeza y lo liberé
dejándolo respirar.
—Jinohra,
te encuentras bien—dijo mientras me observaba sorprendido.
—No
te preocupes por mí—fue lo único que se me ocurrió decir para calmarnos a
ambos, no quería iniciar un conflicto de nuevo aquí abajo y menos en el palacio
de Huge.
Fue
inevitable todo esto, comenzamos a pelear, pero a mitad de la discusión no
sabía el motivo real, así que me resigné a que él hiciera lo que se le viniera
en gana, de todas formas no me iba a escuchar.
—Perdonen
que interrumpa—musitó Aivan llamando la atención de Cassy y Huge—me temo que
debo llevarme a la duquesa, príncipe y perdona por la interrupción pero me temo
que el mantener encerrada a la princesa de Newry no es muy buena opción
ahora—intervino tratando de darme tiempo para salir con Cassidy, no podíamos
dejar a nuestra amiga en las garras de ese psicópata.
Salí
caminando lentamente mientras Cassy se ponía pálida de los nervios.
—Calma
Cassy, estamos a salvo, Aivan vino por nosotras—musité mientras frotaba su
espalda para calmarla.
—Me
preocupa él, Aivan no debió quedarse solo con Huge, él es capaz de tantas
cosas…—la detuve, no soportaba el duro golpe de la realidad que me estaba dando
mi amiga.
—Cassy,
él estará bien, sabe qué hacer, sabrá manejar las cosas y todo saldrá bien, ya
verás—musité mientras trataba no sólo de convencer a Cassy, si no convencerme
de que nada malo pasaría.
Pasaron
los minutos y a mí se me hacía una eternidad, no soportaba la idea de que
estuviera nuevamente herido, o peor aún, que estuviera…sacudí mi cabeza
alejando esos pensamientos, él estaba bien, el debía estar bien, por él, por
nosotros.
Me
quedé sentada sobre el césped junto a Cassy, esperando a que alguien saliera
del castillo, pero no se escuchaba nada, ni voces, ni objetos, nada de nada.
—Perdona—intervino
Cassy interrumpiendo mis pensamientos.
—
¿Eh?
—Perdona
por tratarte así.
—Tenías
tus razones y debo admitir que de no haber sido por tus palabras de reclamo
jamás hubiera reconsiderado la opción de regresar con Aivan—sonreí agradecida,
en verdad le debía mi compromiso a ella—así que gracias, pero yo soy la que
debe pedir perdón, no debí meterme entre tú y Huge.
—
¿Cómo supiste lo de…yo…Huge, cómo? —tartamudeó mientras se sonrojaba levemente.
—Eres
mi amiga y creo que fue muy obvio, no tuve que meditar mucho—sonreí nuevamente
y ella sólo asintió confirmando mis sospechas.
—Bueno,
pero ahora mira, creo que no hice una buena elección—rió con amargura.
—No
importa Cassy, él no era el adecuado—murmuré mientras la envolvía en un fuerte
abrazo.
—No
es por preocuparte Jiny, pero aun no salen, mejor vayamos a ver qué sucede
aunque…los guardias no creo que nos dejen.
—No
importa, ellos deben obedecerme—caminé mientras Cassidy me tomaba por el brazo
acercándome a pasos apresurados a uno de los guardias.
—Necesitamos
un arma enseguida— espetó autoritariamente mi amiga.
—No
tenemos permitido…
—Al
demonio todo, ustedes deben obedecerme, mi prometido está ahí dentro y ustedes
no hacen nada—grité mientras en un ágil movimiento desenfundé el arma de uno de
los guardias que estaba a mi costado observando la escena.
—Jinohra,
dame esa arma, no hagas esto—musitó mi amiga mientras yo me encaminaba hacia el
castillo con ella pisándome los talones.
Sin
hacerle caso entré y al abrir de par en par las puertas me quedé pasmada ante
la escena que estaba viendo. Aivan estaba recargado contra la pared mientras
Huge sostenía su arma frente a él, me quedé paralizada justo a su costado y sin
pensarlo apunté mi arma hacia él.
—No
lo hagas—susurró Cassy mientras tomaba mis manos junto con el arma.
—Perdóname—fue
lo único que logré articular, y, al ver que Huge estaba a punto de presionar el
gatillo Cassidy afianzó su agarre en mis manos y presionó con ellas el gatillo,
haciendo que una bala impactara directo con su mano y soltara el arma contra el
suelo.
Me
tiré al suelo cayendo de rodillas, acababa de dispararle a mi mejor amigo,
acababa de lastimar a alguien con un arma. Cassidy de inmediato se arrodilló
junto a mí para envolverme en un brazo que no me logró calmar, seguía agitada
por todo esto.
—Estuvo
bien, todo está bien—murmuraba Cassy tratando de brindarme apoyo, pero era
inútil, me sentía sucia, devastada por todo esto—hiciste lo correcto—volvió a
decir mientras ambas seguíamos en el suelo.
Me
traté de incorporar para levantarme, pero mis piernas temblaban al mismo ritmo
en el que lo hacían mis manos y me era imposible moverme de ahí, mientras veía
el rastro de sangre que había dejado la mano de Huge.
Aivan
llegó a arrodillarse frente a mí para hablar, para tranquilizarme. Pero por más
que quisiera relajarme y fingir que nada sucedió no podía, todos los recuerdos
de esa escena volvían a mí como si siguiera atrapada en ese momento, tan
vívidas en mi mente.
—Jinohra,
tranquilízate—murmuró mientras me tomaba por los hombros.
—Acabo
de dispararle a alguien—articulé—acabo de herir a alguien con un arma.
—Hiciste
lo correcto, si no hubieses intervenido, estaría muerto, te debo mi vida.
—Acabo
de herirlo con un arma, esto lo hice yo—me llevé las manos a la cara y comencé
a llorar.
Aivan
se quedó quieto mientras me aferraba a él. Incluso esto se sentía peor que
cuando le dispararon a Aivan, probablemente porque yo no había sido la causante
y tampoco lo había presenciado, pero esto lo había provocado yo y todos estaban
de acuerdo, todos menos yo, era patética mi situación.
Me
incorporé mientras me apoyaba en el hombro de Aivan y éste me tomó por los
hombros para mirarme mientras me cubría el rostro con las manos.
—Jin,
entiende que no has hecho nada malo—dijo de manera insistente, pero por más que
trataba de convencerme al respecto no lo lograba, había herido a mi amigo.
—
¿Qué no he hecho nada malo? ¡Le disparé en la mano a mi amigo! —espeté furiosa
porque no entendiera mi sufrimiento.
—Me
salvaste la vida.
—Pero
a cambio de herir a alguien Aivan, yo me sentí mal cuando pasó lo de tu hombro
y me obligué a pensar en que era porque me habías salvado, sentía que era mi
culpa y tú me hiciste creer de nuevo que no fue así y lo lograste, pero ahora
no sucederá, yo lo herí Aivan, yo provoqué esto—articulé mientras respiraba
agitadamente.
—Por
favor déjalo pasar Jinohra, sólo te estás lastimando.
—Es
fácil decirlo, pero es que tu no fuiste quien lo hizo, una persona no está
herida por tú culpa—pasó su brazo rodeándome por los hombros y me atrajo a su
cuerpo.
—Jin,
me salvaste y te agradeceré por siempre, haré lo posible para que te recuperes,
no puedes cargar con la culpa por siempre.
Por
fin sonreí, por fin él pudo devolverme aquella esperanza de que todo se fuera a
resolver, de que todo estaría bien.
Caminamos
fuera del castillo mientras una ambulancia llegaba para atender a Huge, no pude
evitar dirigir mi mirada hacia él. Estaba sentado en una bardilla y con la mano
envuelta en tela. Aivan tiró de mí para que dejara de ver a Huge.
Caminamos
tomados de la mano mientras yo me sumergía en mis pensamientos. Probablemente
Huge jamás me volvería a hablar, y no es como si yo quisiera verlo, pero
necesitaba saber que se encontraba bien y que Cassidy no sentía rencor alguno
hacia mí, después de todo ella hizo que yo presionara el gatillo.
—Ya
no pienses más en eso Jin, iremos a tu palacio y arreglaremos las cosas con tus
padres, ya no te preocupes— por primera vez volteé a verlo a los ojos y noté en
el trayecto de mi mirada que su camisa estaba batida en sangre en el área del
hombro.
—Aivan—murmuré
mientras llevaba mi mano hacia su hombro para revisarlo, se veía la enorme mancha
de sangre fresca, no había parado de sangrar desde no sé cuándo.
—No
te preocupes, estaré bien, por eso necesito llegar a tu palacio—me regaló una
esperanzadora sonrisa que logró tranquilizarme y centrarme en el camino.
—
¿Viniste caminando?
—No,
pero quiero caminar un momento, necesito ventilar mis ideas al igual que tú,
pero si no quieres hablar al respecto te entenderé.
—Necesito
hablarlo Aivan, no quiero quedarme con esto—las lágrimas me amenazaron
nuevamente, seguramente tenía los ojos más hinchados que nunca y la cara más
roja de lo normal.
—Muy
bien, ¿quién inicia?
—Tu—respondí
de inmediato y él suspiró.
—Espero
que no suene a reclamo—musitó nerviosamente, pues comenzaba a frotar sus manos
con frecuencia—pero me preocupaste, me mentiste Jinohra y no sabía qué hacer
así que actué instintivamente y no pude evitar correr hacia ti Jinohra, eres la
única con la capacidad de meterse en problemas cuando menos lo esperas—dijo con
tono de burla, aunque lo noté molesto.
—Bueno
yo no sé por dónde empezar—resoplé, en verdad no tenía idea de qué decir—pues
fui a verlo con la intención de que recapacitara todo pero las cosas salieron
mal, no contaba con que me encerraría y menos con que tu irías de inmediato a
buscarme—paré, pues aquí venía la peor parte de todo—cuando te quedaste dentro
con él ya había pasado demasiado tiempo y no salías, Cassy y yo nos preocupamos
y decidimos entrar con el arma…—comencé a llorar mientras él levantaba mi
barbilla para que lo observara—Cassidy apretó el gatillo en el momento justo,
sin embargo yo le sostuve el arma, ¡Yo herí a Huge! —espeté entre lágrimas y
sollozos.
—No
fue tu culpa—me abrazó y limpió las lágrimas con sus pulgares—no lo provocaste
tú, ¿ya te dije que me salvaste la vida? —sonreí—no me cansaré de recordarte
eso, pero ahora que recuerdo, quedamos en que veríamos lo de la boda…
—Aivan,
ahora no, no estoy de ánimos—interrumpí y caminamos de regreso al auto.
Una
vez que llegamos a mi palacio el miedo se apoderó de mí, no sabía lo que mis
padres me dirían y mucho menos lo que harían al saber que había herido al
príncipe de Galway. Caminamos lentamente hasta estar completamente dentro, me
tomó de la mano fuertemente transmitiéndome seguridad.
—Todo
estará bien, sólo debes explicar lo que pasó y se arreglará.
—Sí,
eso haré—articulé con nerviosismo, no quería ver a nadie.
Caminamos
rumbo a las escaleras que conducían directo a los tronos de la familia real de
Newry, este sería un largo día después de todo lo vivido.
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